


Conocida como la ciudad de los canales y el amor, Venecia es perfecta para olvidarte de todo, hasta del mapa, y perderte por sus estrechos callejones dejándote sorprender por todo lo que te vayas encontrando, sus maravillosos canales, sus puentecitos, sus antiguas iglesias, sus palacios,… Otra cosa que hay que hacer si o si es montar en góndola o en vaporetto y dar un paseo por sus canales.
Si ya tenéis más tiempo, podéis acercaros a las islas de Murano y Burano, muy muy bonitas también.

Os dejo mis recomendaciones sobre que ver en Venecia si o si, porque hay demasiados sitios:
Al llegar al aeropuerto compramos en una máquina, justo donde se recogen las maletas, un billete para ir en barco al centro (línea azul). Es la forma más económica de llegar, pagamos 45€ por los tres.
Una vez en la ciudad, mis must son:
Puente de Rialto: puente de piedra construido entre 1588 y 1591, es el más antiguo e impresionante de los cuatro que cruzan el Gran Canal. Este año nos acercamos a ver la puesta de sol desde allí, nos la habían recomendado y es espectacular, una vez os acerquéis descubriréis porque. Muy cerquita encontraréis el Mercado de Rialto, donde están las típicas tiendas de recuerdos pero hay también comida.




Canales: los canales hay que recorrerlos en góndola, solo así se pueden ver muchos puntos de la ciudad. Para que os hagáis una idea, nosotros pagamos 80€ por media hora. Pero os aseguro que disfrutareis de una Venecia diferente. Había gente que para que le saliese más económico compartían la góndola. Ya si queréis algo mucho más Pro, podéis reservar una góndola con serenata, jajaja, esto es ya muy top. Este paseo ha sido lo que más le ha gustado a Matteo de todo el viaje 🙂







Basílica de San Marcos: hicimos mucha cola para entrar pero… mereció la pena muchísimo. Este templo fue construido en el año 828 para albergar en el las reliquias de San Marcos. Es una obra maestra de estilo Bizantino destacable por su color dorado y sus magníficos mosaicos en la cúpula del s.XIII. Si reserváis una visita guiada con antelación os ahorraréis hacer tanta cola, merece la pena si vais poco tiempo.


Por otro lado, otra gran experiencia es visitar las islas de Murano y su vecina Burano. Están situadas en el archipiélago de la laguna de Venecia y no se trada mucho en llegar.
Burano: hay dos opciones para ir, una en Vaporetto que tarda unos 30 minutos y que nos costaba 45€ ida y vuelta a los tres. O bien, ir en un barco taxi que nos costaba 130€ los tres. Al haber mucha gente en la ciudad había largas colas de espera para ir en transporte público por lo que cogimos el barco taxi y en 20 minutos estábamos allí.

La isla es muy famosa por su producción de encaje de hilo. La ciudad es para pasar por ella, al igual que Venecia, tiene muchas callecitas estrechas y es una explosión de color, como sus labores. La llaman la ciudad de las casas coloreadas. Imprescindible su visita. La única pega, al ser un pueblo pequeño, es bastante agobiante algunos ratos con la cantidad de gente que hay. Despídete de hacerte una foto solo tú 😉




El hotel que cogimos, estaba muy céntrico y nos permitía llegar a todas partes andando, esto también es un plus para aprovechar bien el tiempo. Estaba en Campo Manin. Era este:

En resumen, una ciudad mágica, con un ambiente super especial y con unos colores pastel que solo te pueden enamorar.
Venecia os espera a todos aquellos que no la hayáis visitado aún!! Y los que la conocéis, seguro que os gustaría volver!!
Un abrazoooo,
Makumillas